Hay que tener en cuenta que los perros tienen un olfato mucho más agudo que los humanos. Los canes poseen entre 200 y 300 millones de receptores olfativos, mientras que nosotros solo tenemos unos 5 millones, según explica Elena Torrens, educadora canina, en el portal especializado ‘Experto animal’.
Esta experta asegura que los canes se comunican entre ellos con el olfato, utilizando señales químicas conocidas como feromonas.
Incluso, los perros son capaces de “reconocerse a sí mismos a través de su olfato”, según indica Marck Bekoff, biólogo y especialista en comportamiento animal de la Universidad de Colorado (Estados Unidos), citado por el portal ‘Salud 180’.
En el mundo de los perros, las feromonas son muy importantes, incluso las hembras lactantes secretan unas de apaciguamiento para tranquilizar a los cachorros, continúa explicando Torrens.
Los perros expulsan otras feromonas a través de orina, heces, sacos anales o marcaje con las patas.
“Gracias a la comunicación química, los perros son capaces de percibir cuándo un individuo se encuentra estresado, feliz, triste o nervioso. Esto explica, por ejemplo, por qué los perros se huelen el ano: están buscando información importante del otro can, en este caso a través de los sacos anales”, resalta la educadora canina.
Torrens también asegura que este no es un comportamiento negativo y mucho menos hay que reprimirlo. “Los perros buscan información del entorno constantemente, así que es completamente normal que olfateen todo aquello que les resulta interesante, incluida nuestra entrepierna”, afirma.
Este comportamiento se acentúa aún más cuando se presentan algunas situaciones que, por instinto, los perros olfatean. Por ejemplo, cuando las personas han mantenido relaciones sexuales recientemente, las mujeres están menstruando, han dado a luz, están lactando u ovulando, termina indicando la experta.